
5 pasos para ajustar correctamente unos frenos v-brake
Una de las peores situaciones que le puede ocurrir a un ciclista es quedarse sin frenos. Seguramente han pasado muchos meses desde que le hiciste el último mantenimiento o ajuste de frenos a tu bicicleta, si es así lo mejor será que revises el sistema de frenado v-brake para que evites un accidente cuando pedaleas.
Antes de indicar algunos de los consejos preventivos para mantener los frenos en perfecto estado, es importante definir qué entendemos por frenos v-brake. Este nombre hace referencia a uno de los sistemas de frenado más común y más utilizados entre los ciclistas aficionados.
Los v-brake se valen de la superficie del aro o parte del rin de la llanta para aplicar la fuerza de frenado. Su sistema representa en la actualidad un uso considerable entre la mayoría de ciclistas ya que, gracias a la potencia y ventajas en el frenado, los v-brake terminaron consolidándose por encima de los viejos frenos Cantilever.
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Hoy en día se abre el debate de qué tipo de frenos son los mejores: si los frenos tradicionales o los revolucionados y recientes frenos de disco. Independiente de la polémica que suscite el uso de cualquiera de estos dos tipos de frenos, es importante decir que antes de que todos los ciclistas se muden a los discos, los v-brake seguirán teniendo protagonismo por muchos años.
La potencia de frenado que desarrolla estos frenos es muy buena en relación con la fuerza que hay que ejercer sobre las manoplas de frenos. Además, su proceso de reparación es más ligero, son más económicos y fáciles de cambiar.
Conocer algunos aspectos claves para mantener tus frenos en buenas condiciones no solo te ahorrará algunas visitas al mecánico, sino que te permitirá apropiarte de tus frenos con conocimiento, a tal punto de que tú mismo tendrás la capacidad de hacer ajustes periódicos, revisarlos y repararlos cuando sea necesario. Te indicamos cinco consejos preventivos para que tus recorridos sean mucho más seguros y tu vida no corra peligro:
Revisa el cableado:
Uno de los pasos iniciales para hacer el diagnóstico de tus frenos es revisar que el cableado de frenos esté no solo muy bien ubicado, sino que esté completamente limpio. Puedes desinstalar el cable de las manoplas de freno para eliminar pequeños residuos que va recogiendo nuestra bicicleta en los diferentes caminos.
Cerciórate de que el cable se deslice muy bien sobre la funda. Si notas que la funda se traba o no tiene un buen movimiento a lo largo del cable, podrás utilizar algunos lubricantes o aceites para suavizar el movimiento. Si pese a esto sigues teniendo problemas opta definitivamente por cambiar la funda de protección. De esta manera ganarás suavidad y mayor sensibilidad en el freno.
Ajusta las zapatas
Revisar y desmontar las zapatas nos ayudarán a determinar su nivel de desgaste. Lo primero que tienes que hacer es desmontar los muelles para reducir la tensión del freno. Ahora, con una llave allen, afloja los tornillos que sujetan las zapatas del freno.
Cuando logres desmontarlas podrás chequear las gomas de ambas zapatas y empezar a lijarlas sutilmente para alcanzar un mejor agarre sobre la superficie de la llanta. Si en medio del proceso notas que la goma está totalmente desgastada y hay espacios de color gris, lo mejor será que estrenes nuevas zapatas porque si sigues utilizando las mismas en cualquier momento tus frenos dejarán de funcionar.
Una vez hayas reparado el estado de las gomas debes volver a instalar la zapata en una posición paralela a la superficie de freno del aro o llanta. Con la misma llave allen sujeta la zapata y procura con tu otra mano evitar que la ubicación de las gomas choque contra la cubierta de la llanta o la parte inferior del rin de la llanta.
Si esto sucede, nuestra llanta podría sufrir algún problema y la zapata desgastarse rápidamente. Si haces un buen ajuste y ubicas la zapata sobre la superficie de frenado tendrás la oportunidad de aprovechar al máximo tus frenos. Cuando creas que la posición y el ajuste es el adecuado vuelve a instalar los muelles para que el freno funcione adecuadamente.
Limpia la superficie de frenos de tus llantas
La superficie de frenado de llanta conocida también como el aro, recoge mucha suciedad a medida que recorremos diferentes caminos. El mugre evita que la rueda frene completamente debido a que los residuos pueden trocar el desplazamiento de las zapatillas sobre la superficie de la llanta.
Cuando se te presente este caso lo mejor será tomar un algodón o trapo y aplicar alcohol para limpiar la superficie gris de la llanta. De esta manera aplicar el freno será más provechoso para todos los ciclistas.
Que las dos levas se muevan al mismo tiempo
Ajusta la tensión de los muelles laterales para que ambas zapatas ejerzan la misma presión de freno sobre ambos lados de las llantas. Para esto tendrás que armarte con un destornillador o una llave allen de menor denominación. Busca el tornillo que hay en la parte posterior o cubierta de la zapata y aprieta gradualmente hasta otorgarle más presión al muelle que estas apretando.
Podrás aplicar más o menor presión a la parte del freno que estas modificando. Aplica o quita tensión a ambos lados de forma que alcances un equilibrio o un movimiento simultaneo entre ambas zapatas. Así podrás hacer un agarre homogéneo mucho más provechoso para el recorrido.
¿Hasta dónde debe ceder la manopla de frenos?
Procura que cuando acciones la manopla del freno ésta no se desplace hasta pegar contra el puño o manubrio. Si esto pasa quiere decir que algo anda mal y lo mejor será revisar la tensión del cable. Lo ideal es que cuando frenes la manopla encuentre su límite en la mitad del camino hacia el puño o manubrio, es decir que cuando llegues hasta ese punto las zapatas ya debieron apretar lo suficiente la superficie de la llanta hasta hacer parar la bici.
Sigue estos sencillos pasos y mejora tu sistema de frenos v-brake.