
¡Hay una chica en el pelotón! Alfonsina Strada, la mujer que se cambió el nombre por ‘Alfonsín’ para correr el Giro de Italia
Alfonsina Strada se convirtió en la única y última mujer en la historia del ciclismo mundial en correr un Giro de Italia. Lo hizo en la edición de 1924 después de haber participado dos veces en el Giro de Lombardía.
En 1924, cuando Europa apenas se reponía de los estragos que había causado la Primera Guerra Mundial que tuvo lugar entre 1914 y 1918, una mujer escuchó el rumor de que La Gazzeta dello Sport, el periódico italiano de páginas rosas encargado de organizar cada año el Giro de Italia, había abierto una convocatoria para que cualquier ciclista sin equipo que quisiera participar en la competencia lo hiciera sin mayores requisitos.
La decisión de ampliar la participación obedeció a un boicot liderado por las grandes figuras de la época y algunos equipos tradicionales, que se negaron a correr en 1924 porque estaban en desacuerdo con la organización. El Giro necesitaba completar el número mínimo de corredores para no cancelar la edición y fue por ese motivo que amplió la convocatoria a deportistas sin escuadra.
Conocida en la carretera como «El diablo con falda»

Antes de correr la ‘Corsa’, esta mujer participó en dos ediciones del Giro de Lombardía: 1917 y 1918. En la primera participación fue la última en llegar a la meta y en el segundo ‘round’ quedó entre los 20 finalistas a tan solo 23 minutos del campeón.
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Alfonsina Morini, quien cambió su apellido por Strada después de casarse con Luigui Strada, no lo pensó dos veces y se inscribió en aquel Giro de Italia de 1924. Para la época, la organización no tenía una norma que prohibiera la presencia de mujeres en el pelotón. Pese a esto, Alfonsina decidió ocultar su verdadera identidad para no despertar el malestar de los pilotos masculinos. Le mochó la última vocal a su nombre y se inscribió en las planillas como Alfonsín Strada.
Varios días antes de la etapa inaugural en la ciudad de Milán se descubrió la verdadera identidad de aquella mujer a la que se le había asignado el dorsal número 72. Pero ya era tarde para hacer reclamaciones porque el Giro estaba a punto de arrancar. Contra todo pronóstico y desafiando las críticas de algunos rivales, Alfonsina tomó partida el 10 de mayo de 1924 en el primer stage disputado entre Milán y Genova y ese día, oficialmente, se convirtió en la primera y única mujer en la historia del ciclismo mundial en competir en la ‘corsa rosa’.
Tuvo un debut discreto. Llegó a dos horas y media del ganador, el italiano Bartolomeo Aimo. Pero poco importó la diferencia. La mujer nacida en la región de Castelfranco Emilia, quien a sus 16 años de edad fue reconocida en Turín con el título de mejor ciclista italiana, siguió en competencia batiéndose a duelo contra los 89 hombres inscritos que habían comenzado la carrera desde la línea de partida en Milán.
Alfonsina compitió en el Giro con su propia bici

En la fiesta de bodas, su esposo, Luigui Strada, le regaló una bicicleta que fue la que utilizó para las 12 etapas del certamen.
Su presencia en el pelotón masculino despertó el interés de cientos de aficionados que se agrupaban en los costados de las carreteras italianas para ver pasar a la mujer apodada como “el diablo con falda”, la única deportista femenina de la ‘corsa rosa’. Era un espectáculo que se fue trasladando de etapa en etapa. Alfonsina ya era muy popular entre los espectadores y su talento sobre la bicicleta le permitió avanzar sin mayores dificultades durante la primera semana de competencia.
El reto era muy difícil. Tenía que recorrer 3613 kilómetros desde Milan a Verona en 12 días, un camino muy extenso y agotador si tenemos en cuenta que hoy en día los grandes pilotos del ciclismo World Tour recorren casi la misma distancia en 21 días de carrera.
Pero ella estaba ahí, metida en el lote desafiando a sus rivales masculinos. Pasó por Milán, Genova, Florencia, Roma, Nápoles, Tarento, Foggia hasta que en la etapa número 8 de 296 kilómetros entre L’Aquila y Perugia, sufrió un aparatoso accidente que le destrozó el manillar y la obligó a ingeniárselas para tratar de completar la fracción.
Los diarios reseñaron la epopeya

Comenzó desde muy joven a montar en bici y su gran talento en las dos ruedas le bastó para obtener en Turín, a sus cortos 16 años, el título de mejor ciclista. Además de eso, estableció un Récord Mundial Femenino de La Hora con una distancia de 37,192 km.
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Reemplazó el manubrio quebrado con media escoba y un poco de hilo y terminó la etapa con una diferencia de cuatro horas respecto al vencedor de la jornada, el italiano Giuseppe Enrici. El contratiempo que le generó la caída hizo que Alfonsina excediera el límite de tiempo necesario para no ser descalificada, por lo cual fue excluida de la clasificación general por decisión unánime de los comisarios de carrera.
Su sueño de completar el Giro se desvaneció en un segundo. Pero La Gazzeta dello Sport le permitió terminar el certamen por fuera de la clasificación; es decir, sin puntuar en la tabla.
Después de 12 etapas de mucho pedal, Alfonsina logró atravesar Verona y culminar el Giro de Italia en el mismo lugar que tomó partida: Milán. De los 90 ciclistas que iniciaron la competencia, solo 30 alcanzaron a completar la carrera. Y entre esos 30 estaba Alfonsina, una mujer que se ganó la ovación del mundo del ciclismo y que llegó a 28 horas del campeón de esa edición, el italiano Giuseppe Enrici.
Después de esa icónica participación, el Giro de Italia le prohibió seguir compitiendo y le cerró las puertas a esa mujer a la que muchos conocían con el apodo de “el diablo en falda”. Una historia para el recuerdo.