
Un empujón a Froome prendió el debate sobre la seguridad en el Tour de France
Alrededor de 1 millón de personas se agolparon a lado y lado de las estrechas carreteras que componen las 21 curvas de herradura del mítico ascenso al Alpe d’Huez, disputado en la etapa 12 del Tour de France.
Precisamente, la etapa más esperada en la segunda semana de competencia estuvo marcada por un comportamiento reprochable del público asistente.
Según registraron las autoridades, Chris Froome (Sky) y Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida) fueron victimas de las arriesgadas maniobras de algunos espectadores que alteraron el orden en medio de la exigente subida.
El caos en la ascensión a Alpe d’Huez dejó en evidencia lo susceptible que pueden resultar los exigentes operativos de seguridad de la gendarmería francesa.
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La cámara registró el momento en el que un aficionado intenta tumbar a Froome con un puñetazo. Imagen: Diario AS
En medio de la subida al puerto se pudo percibir el odio y los ataques deliberados hacia Froome y el Sky. El británico fue víctima de abucheos, insultos y silbidos. Sin embargo, uno de los episodios que prendió las alarmas de la organización se registró a menos de 7 kilómetros para la meta cuando Froome fue empujado por un aficionado que intentó tumbarlo.
Por fortuna, el corredor del Sky mantuvo el control del manillar y siguió apilado entre el grupo de escaladores.
Pero no es la primera vez que el británico ha sido blanco de ataques por parte de los aficionados en el Tour. La álgida relación de Froome con los espectadores franceses ya había dado de que hablar en la edición del 2015 cuando el líder del Sky denunció haber sido victima de un ataque con una bolsa de orina y varios ataques más con escupas en medio de una etapa de ascenso.
La caída de Nibali tras chocar con una moto que había perdido la visión
Otro de los deportistas que padeció la tensión del alboroto fue el corredor italiano Vincenzo Nibali, quien sufrió una aparatosa caída luego de protagonizar un choque contra una de las motos de la Guardia Republicana encargada de escoltar la avanzada de los ciclistas.
Al parecer, el humo de las bengalas le habría ocasionado al conductor de la motocicleta una irritación en los ojos que lo obligó a reducir la velocidad. La caída de Nibali sucedió a menos de 4 kilómetros para el final del ascenso, justo cuando el italiano trataba de contener uno de los ataques de Chris Froome.
Tras la evaluación médica el Bahrain-Merida le comunica a la organización que su corredor debe retirarse del Tour debido a una fractura detectada en la décima vertebra.
Bardet avanza con sus ojos irritados por las bengalas

La bengalas ocasionaron el caos en la etapa 12 luego de que varios ciclistas como Romain Bardet del AG2R padecieran la irritación en sus ojos por el fuerte humo. Imagen: Mundo Deportivo
Ambos hechos prenden las alarmas sobre los protocolos de seguridad que adelanta la organización para proteger la integridad física de los corredores.
Si bien el porte de potes de humo y bengalas están prohibidas en el Tour, el comandante de la gendarmería francesa, Gabriel Lothe, reconoce que para los encargados de garantizar la seguridad de la carrera es casi imposible poder contener y neutralizar todos los intentos de actos vandálicos.
Lothe asegura que son alrededor de 12 millones de aficionados los que se reúnen en varias de las carreteras por donde pasa la carrera, lo que hace que sea difícil poder tener un control total sobre todos los asistentes.
Las motos evitan que los aficionados se metan en la vía
Ante este panorama, la organización no ha ahorrado esfuerzos para invitar a los espectadores a que eviten alterar el curso de la competencia y a que no porten elementos pirotécnicos que puedan poner en riesgo la vida de los corredores.
Es tal el grado de preocupación por el bienestar de los ciclistas que se ha venido trabajando en una normativa para enviar a prisión a las personas que porten este tipo de artefactos y que intenten agredir a un corredor. El castigo contempla duras sanciones económicas y hasta tres años de cárcel.
Las directivas de la ronda francesa recuerdan con recelo el lamentable suceso de la edición de 2012 cuando un aficionado quemó con una bengala al líder de la competencia en aquella época, Bradley Wiggins.
La gendarmería neutraliza una protesta de agricultores

La gendarmería tuvo que atender una protesta de agricultores en medio del desarrollo de la etapa 16. Imagen: AFP /tomada de Perfil
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Es por eso, que tanto la ASO como la gendarmería francesa han reforzado los operativos de seguridad para garantizar el perfecto desarrollo de todas las etapas.
Según el diario Marca de España este es el Tour de Francia más vigilado en la historia. El medio europeo admite que, aunque se han implementado medidas para contener la euforia de los aficionados, la etapa 12 en Alpe d’Huez dejó en evidencia la debilidad de los controles de seguridad y la susceptibilidad a la que están enfrentados los pedalistas por los actos irresponsables de algunos desadaptados.
El caos se apoderó de la etapa 12 en el Alpe d’Huez

El caos en Alpe d’Huez puso en evidencia lo débil que pueden resultar los operativos policiales. Imagen: Marca
Los dispositivos policiales contemplan vallas en la zona de confort de los corredores, controles rigurosos en zonas de partida y llegada, policías con fusiles de asalto, protección de las instalaciones técnicas, creación de comisarias transitorias en los territorios que acogen la etapa con hasta tres agentes encargados de recibir denuncias por alteración del orden público durante el desarrollo de la carrera y más kilómetros de vallado para que los pedalistas rueden sin interferencia del público.
Cabe resaltar que, por primera vez, la organización de la Grande Boucle incorpora dos equipos de Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), con agentes capacitados para apartar a los espectadores que se posen en la mitad de la vía y así garantizar el perfecto desarrollo de cada etapa.
Los controles policiales para abrirle paso al pelotón
La agencia internacional AFP, asegura que son cerca de 29 mil personas las encargadas de mantener la seguridad en el Tour de France. De ese número, 23 mil son gendarmes (figura policial francesa) y 6 mil bomberos.
Pese a los estrictos controles policiales, el Tour registró una jornada agridulce luego de los altercados generados por la algarabía del público en la etapa 12. Varios ciclistas del pelotón exigieron a la organización reforzar las medidas para evitar los comportamientos inadecuados y velar por la seguridad de todos los deportistas.
El español Dani Navarro del Cofidis dice que los responsables de actos bochornosos son personas que van a pasarla bien sin respetar a los ciclistas: “es gente que empieza a beber, sin más. No son aficionados al ciclismo, van a hacer el chiflado y el loco».
Froome padeció el efecto de los gases en medio de una etapa del Tour

La irritación en los ojos de los capos pueden afectar la competencia y su posición en la general. Imagen: La Tercera
Por su parte, Christian Prudhomme, director del Tour de Francia, calificó de «dolorosa» la jornada, tanto por la ausencia de Nibali como por el comportamiento del público y las agresiones a Chris Froome.
El francés Nicolas Portal, director del Sky, también aseguró sentirse avergonzado por el comportamiento de sus compatriotas y le contó a la prensa internacional que se vio en la obligación de pedirle perdón a sus corredores luego de los bochornosos episodios protagonizado por los asistentes.
Las estrictas medidas de seguridad de los gendarmes
El temor sigue latente entre los organizadores de la carrera, ya que no descartan que en medio de aquellos que se hacen llamar “aficionados” estén infiltrados miembros de grupos yihadistas que puedan ocasionar un atentado contra el pelotón.
Las razones son claras debido a los ataques terroristas que ha sufrido el país galo en los últimos años. Por tal motivo, el Tour 2018, el más vigilado en la historia, ha incorporado al cuerpo auxiliar y a la gendarmería francesa grupos especiales de Intervención con perros especialistas en detección de elementos explosivos.
Cada una de las etapas es estrictamente monitoreada y en algunos casos se activan protocolos de sobrevuelo para evaluar el estado actual de la carretera por donde se mueve el lote.
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