Charly Gaul en el Giro

El ciclista que ganó el Giro de Italia con una pierna paralizada y síntomas de hipotermia

Se trata del exciclista luxemburgués Charly Gaul quien cayó inconsciente al cruzar la meta del mítico monte Bondone en la etapa 18 del Giro de Italia de 1956.

 

Dicen los historiadores que la decimoctava etapa de la ‘corsa rosa’ del 56 fue un ‘apocalipsis’. La subida final al mítico puerto de Bondone (21.5 km al 6.8%) se convirtió en un ‘infierno’ para los ciclistas. La intensa lluvia que azotó la jornada desde muy temprano se convirtió en una tormenta de nieve que cubrió la carretera de esa imponente cima ubicada en los Dolomitas italianos e hizo imposible la llegada de varios corredores a la línea de meta.

Habían pasado diez años tras el último parón del Giro por la segunda Guerra Mundial (se suspendió entre 1940 y 1946) y esa tarde del 8 de junio, en la edición número 39 de 1956, un luxemburgués estaría llamado a conquistar la hazaña e inmortalizar su nombre en los anales del ciclismo mundial.

 

‘El Ángel de las Montañas’, considerado uno de los mejores escaladores de la historia 

 

Giro de Italia de 1956

Imagen: Alchetron

 

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Fue Charly Gaul (pronunciado Gowl), un talentoso trepador europeo quien coronó Bondone en medio de una carrera atípica repleta de nieve y granizo. Antes del arranque oficial de esa ‘apocalíptica’ etapa en los Dolomitas, Gaul figuraba en la undécima posición a 7 minutos y 17 segundos del líder italiano Pasquale Fornara, quien se perfilaba como el máximo favorito a vestir el suéter rosa de campeón.

Fornara venía de completar seis jornadas en lo más alto de la general hasta que esa tarde en monte Bondone se desplomó. La nieve le congeló las piernas y el intenso frío que por esos días sacudía a la península itálica lo aniquiló y lo dejó sin posibilidades de revalidar su favoritismo en lo más alto del podio de Milán.

Pero Pasquale Fornara no fue el único ciclista al que atrapó el frío. El español Federico Martín Bahamontes, considerado como el rival histórico de Gaul, lo que en la práctica sería el equivalente a los duelos de Coppi-Bartali, también puso pie en tierra después de sentir que se estaba congelando. «En la montaña éramos como dos boxeadores en el ring», recordó alguna vez el exciclista toledano que actualmente tiene 91 años sobre su espalda.

 

‘El Águila de Toledo’, el rival histórico de Charly Gaul en las cumbres europeas

 

Federico Martín Bahamontes

Imagen: Ángel Rivero

 

Adelante, como si no estuviera sintiendo la dureza de la nieve, iba Gaul con su mirada fija en la meta. La etapa daba miedo. Eran 242 kilómetros de recorrido con cuatro cimas muy exigentes. Ya había coronado los puertos de Costalunga, Rolle, Brocon y tan solo le faltaba subir los 21 kilómetros de Bondone.

Las condiciones climáticas eran muy desafiantes. El cielo estaba oscuro, la lluvia no paraba y el termómetro de los comisarios de carrera alcanzó a registrar una temperatura promedio de 10 grados bajo cero. Esa ‘infernal’ excursión dolomítica con vientos helados de costado obligó a muchos pedalistas a bajarse de la bicicleta y buscar un refugio cercano para protegerse del frío.

El ‘infierno’ de Bondone había hecho la tarea. Muchos lo intentaron pero las faldas de ese coloso repleto de nieve y la intensa lluvia que no paraba fracturó el pelotón. De los 89 corredores que tomaron salida en Merano (norte de Italia) abandonaron 46. Algunos registraron síntomas de hipotermia, otros terminaron exhaustos al borde de la carretera, otros quedaron inconscientes y el resto terminó en una caseta cercana tomando algunos tragos de aguardiente para recuperar la temperatura del cuerpo.

 

Cabalgada en solitario hacia lo más alto de las montañas italianas

 

Un Giro apocalíptico

Una fracción en medio de condiciones extremas.

 

Adelante, como si nada, iba Gaul, el luxemburgués de 24 años que pedaleaba contra todo pronóstico. No lo asustaba la nieve, ni el cielo oscuro, ni mucho menos la brutal granizada que esa tarde trató de frenarle su impulso en la subida final a Bondone.

En los kilómetros finales quedaba una batalla pendiente. Gaul versus Alessandro Fantini y Fiorenzo Magni, dos italianos que habían sobrevivido a la tormenta de granizo y que también buscaban ganar la etapa dolomítica.

El jovencito, que supo adaptarse al frío mejor que sus rivales, se fue solo contra el cielo negro de Bondone y lanzó un ataque demoledor que le bastó para ampliar su diferencia a 7’44” sobre Fantini y 12’15” sobre Magni.

El corredor de 1,71 centímetros de altura y 64 kilogramos de peso cruzó la meta primero que todos con una pierna paralizada y síntomas de hipotermia. Cayó al piso inconsciente debido al intenso frío que le tocó soportar durante 242 kilómetros de carrera y cuando despertó, dicen los que estaban con él, no recordaba lo que había sucedido en los metros finales de la exigente prueba.

 

Sus piernas se hacían más fuertes en climas difíciles 

 

El monte Bondone hizo parte del Giro

Imagen: El Mundo

 

Y así fue. Con 24 años consiguió su primer Giro una tarde de junio en medio de una jornada que los cronistas se han atrevido a llamar como «la jornada más dura de la historia del ciclismo».

Desde ese día obtuvo el apodo con el que sería conocido en a lo largo de los años: Charly Gaul, ‘el ángel de la montaña’. Ese mismo ángel volvería a presentarse al Giro de 1957 para buscar su segunda camiseta rosa consecutiva pero un error le costó el título.

El luxemburgués, ganador parcial de la carrera, se detuvo a un costado de la vía para hacer sus necesidades fisiológicas. Sus rivales se percataron de que Gaul había parado a orinar en un árbol y aprovecharon el momento para lanzar un ataque demoledor. Esa tarde, en la jornada 18 del Giro del 57, el campeón de la edición pasada perdió el maillot de líder, bajó hasta la cuarta casilla y se ganó el apodo de Monsieur Pipi (señor pipi).

 

Algunos lo recuerdan como el hombre que amaba la lluvia

 

El hombre que amaba la lluvia

Imagen: Gettyimages

 

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Pero Gaul, considerado como uno de los mejores escaladores de todos los tiempos, quería más títulos en grandes vueltas. En 1958 se llevó el Tour y en el 59 conquistó su segunda camiseta rosa en el Giro.

Después de brillar en la década del 50, decidió retirarse en 1965 y vivir aislado en un bosque de Luxemburgo. Iba en picada libre hacia el anonimato. Se dejó crecer la barba, se olvidó de la bici y empezó a sentir los síntomas de la depresión. Vivió aislado hasta que un martes 6 de diciembre de 2005 murió en un hospital después de sufrir una embolia pulmonar, justo dos días antes de cumplir 73 años.

Esa tarde, el Ángel de la Montaña, que se hizo leyenda bajo la lluvia en los Dolomitas, se despidió de esta vida y del ciclismo para siempre.

 

Charly Gaul, 8 de diciembre de 1932 – 6 de diciembre de 2005 (Q.E.P.D).

 

 

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