¿Se puede rellenar la cubierta con hierba para salir de un apuro por un pinchazo?

Existe una manera alternativa de reparar un pinchazo en pleno camino sin necesidad de utilizar una cámara o neumático nuevo.

Imagínate que vas rodando por la montaña y la llanta de tu bicicleta comienza a perder aire. Puede que la válvula se haya dañado, la cubierta de la llanta tubeless se haya rajado o el neumático interno de las llantas tradicionales haya sufrido un pinchazo.

Algunos aficionados que ruedan con llantas tipo tubeless y que sufren una rajadura a medio camino lo que hacen es introducir una cámara o neumático de repuesto y con unas amarras o bridas amarran la parte en donde está ubicada la rajadura para evitar que el neumático, al contacto con la superficie, intente salirse como si fuera una hernia o una bola de chicle.

La hierba podría ser buena opción para los pinchazos 

Este procedimiento es válido cuando se presentan situaciones complejas en la carretera o la montaña.

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Si el neumático se sale por el hueco de la rajadura es mucho más probable que el ciclista vuelva a sufrir un pinchazo y a quedarse varado a medio camino.

Por su parte, aquellos que ruedan con cubiertas tradicionales y que sufren un pinchazo inesperado en cualquier momento del viaje lo que hacen es remplazar la cubierta dañada por una nueva o incluso repararla con parches de manera rápida.

Sin embargo, hay momentos en que muchos ciclistas no cargan el kit básico de desvare como los parches, las palancas desmontables y el inflador y esto hace que tengan que depender de la ayuda de otros ciclistas. La cosa se vuelve más grave cuando se mueven por zonas muy apartadas porque en la mayoría de los casos no hay nadie que los auxilie y es por eso que les toca devolverse a casa con la bicicleta en las manos.

Pero no te preocupes porque hay una manera muy rudimentaria de reparar un pinchazo sin necesidad de tener un kit básico de desvare. El procedimiento consiste en rellenar el interior de la cubierta con hierbas y otros elementos naturales que tengan una consistencia blanda. Esto permite que entre el interior de la cubierta y el rin haya una especie de neumático natural que le permita a la bici avanzar mientras el ciclista llega hasta casa o hasta un punto seguro para cambiar la llanta y repararla de manera completa.

Este procedimiento para casos de supervivencia podría funcionar muy bien porque evita que tengas que caminar durante largas horas buscando auxilio. Ponlo en práctica y recuerda ir rellenando la rueda con hojas nuevas cada 3 o 5 kilómetros para evitar que pierdan su efecto amortiguador.