
Cinco consejos para pedalear contra el viento y no sufrir accidentes
Las condiciones climáticas adversas como los días con fuertes ráfagas de viento obliga a los ciclistas a adoptar medidas preventivas para reducir los riesgos de sufrir accidentes.
Y es que para nadie es un secreto que salir a entrenar o a competir en esos días en que el viento sopla con mayor intensidad es un asunto de mucho cuidado. Recientemente, en pleno desarrollo de la segunda etapa de la edición 77 de la Paris-Niza, el ciclista colombiano del EF Education First, Rigoberto Urán, se vio obligado a abandonar la competencia debido a una aparatosa caída que le provocó una fractura en su clavícula izquierda.
El pelotón y su lucha contra el fuerte soplo de la naturaleza
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La fuerza de los vendavales que acompañaron la fracción ocasionó que varios ciclistas se fueran al piso, entre ellos ‘Rigo’, quien producto de una ráfaga de viento rozó la llanta trasera del polaco Michal Kwiatowski, perdió el control de su bicicleta y se fue contra el pavimento.
La furia de la brisa no solo cobró el abandono de varios pedalistas que eran candidatos a ocupar el podio, sino que obligó al pelotón y a los equipos a implementar la estrategia de abanico (formación diagonal de varios ciclistas para disminuir la corriente de costado) y superar así los tramos de viento constante.
Sin embargo, no todas las rachas de viento son perjudiciales para el ciclista y es por ello que conviene hacer una distinción sobre los tipos de corrientes que pueden presentarse en medio de un entrenamiento o una carrera.
Llénate de paciencia y mantén la mirada fija en la meta
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Viento positivo: es aquel que viaja en la misma dirección del pedalista. Por lo general, es una ráfaga que viene desde atrás y ‘golpea’, por decirlo de alguna manera, la espalda del corredor, ayudándolo a avanzar de manera óptima y ahorrándole unas cuantas pedaleadas de sufrimiento. Este viento positivo o beneficioso es el que más le gusta a los famosos ‘chupa rueda’ o a esos pedalistas que se les dificulta escalar algunos puertos de montaña.
Viento perjudicial: hace alusión a aquella corriente que viene en contra. Este viento suele ser peligroso ya que los cambios de dirección constantes (frontales y laterales) pueden ocasionar que el ciclista sufra un accidente.
Las fuertes ráfagas perjudiciales no solo hacen la bici mucho más inestable, sino que obliga a los pedalistas a disponer de mucha más energía para completar el trayecto debido a que la resistencia al avance es mucho mayor de lo normal.
Si acostumbras a pedalear en zonas donde la presencia de viento es ‘azarosa’, no dudes en poner en práctica los siguientes consejos para evitar correr riesgos de accidentes o caídas.
No exceder la energía
Para nadie es un secreto que el viento es uno de los grandes enemigos del ciclista. Pero ¡pilas!, cuando éste aparece en los recorridos muchos pedalistas tienen la vieja costumbre de aumentar su esfuerzo para tratar de vencer la resistencia del viento. Dicho esfuerzo innecesario hace que el cansancio aparezca mucho más rápido, las reservas de glucógeno se agoten y el ciclista termine fundido en una orilla de la carretera. Lo mejor para encarar las intensas ráfagas de viento con cambio de dirección frontal y de costado es mantener un nivel de esfuerzo constante y hacer una configuración del sistema de transmisión a partir de un desarrollo pequeño (suave). El solo hecho de rodar con una combinación de plato pequeño y piñón grande es ideal para alcanzar la comodidad frente a la fuerza del viento que ataca de frente y que pareciera que nos estuviera obligando a escalar una pendiente.
Mantén una buena visión del terreno
¿Te ha pasado que en ocasiones vas en una motocicleta con la visera arriba y el viento que golpea de frente te ocasiona una irritación y un lagrimeo que no te permiten tener una buena panorámica del terreno? Pues bien, esto mismo sucede en la bici cuando no cubres tus ojos de las ráfagas frontales. Usar gafas es imprescindible cuando los vendavales acechan el camino, no solo por los riesgos de sufrir lagrimeos sino también porque la furia del ventarrón suele reventar ramas de los árboles o poner a volar objetos que podrían impactar en cualquier momento contra tu rostro.
Posición aerodinámica para vencer el viento
Pedalear en medio de un vendaval es agotador y es por eso que el ciclista debe forzar al máximo su rendimiento para lograr avanzar en contra de la intensa corriente de aire. Esto no suele ser un problema cuando el pedalista adopta una posición aerodinámica para contrarrestar la resistencia al viento. Lo recomendable en este punto es tratar de establecer una posición acoplada; es decir, que el torso, la cabeza y la espalda queden lo más cerca posible a la bicicleta. Trata de ubicar tus manos en la parte más central del manillar y a su vez tratar de no abrir los codos ni separar mucho las rodillas del cuadro de tu bici.
Porta una buena indumentaria
La ropa ceñida al cuerpo o de mayor ajuste es ideal para alcanzar un buen desempeño en los recorridos. La indumentaria ancha o las chaquetas cortavientos de una talla mucho más grande tienen efecto paracaídas ya que el viento suele filtrarse en la holgura de la tela sobrante.
Prueba con tus amigos una estrategia de relevos
La mejor recomendación cuando la temporada sopla fuerte es no salir solo y aprovechar el clima para ir a rodar con los amigos. Una buena estrategia para protegerse del viento es establecer una formación de transición o relevos para que la cabeza del lote corte el viento de los ciclistas que van a su rueda y les ayude a ahorrar energía hasta en un 40 por ciento. El objetivo es ir relevando la posición para que todos puedan economizar esfuerzos en medio del fuerte vendaval.
Estos consejos son muy útiles para tener un buen rendimiento en zonas con condiciones climáticas adversas y evitar que un empujón de la naturaleza te haga accidentar en tu bici.