Tour de France en la Luna

¿Cómo sería correr un Tour de France en la luna?

¿Se imaginan cómo sería un Tour de France en la luna? La tecnología avanza a pasos agigantados y no resultaría para nada raro que cientos de años más adelante la Unión Ciclística Internacional (UCI) decidiera organizar una edición especial de un Tour por fuera de la tierra.

 

Si bien esta idea puede resultar ambiciosa hay que destacar que sí es posible llevar a cabo una carrera de ciclismo en la superficie lunar siempre y cuando se cumplan algunas condiciones.

 

La primera edición de un Tour por fuera del planeta

Salir del planeta para competir un Tour podría ser algo tan utópico como posible.

 

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Aunque falten muchos años para que los ciclistas viajen en cohete vamos a simular algunas condiciones generales sobre lo que significaría rodar en una bicicleta por este tipo de terreno.

Para este ejercicio de simulación vamos a tomar como referencia algunos detalles técnicos de la última edición del Tour de France disputado el pasado mes de julio y vamos a analizar cómo hubiese sido ese mismo certamen en la luna.

Así pues, miremos el desarrollo de la carrera en los diferentes escenarios.

 

Caso 1: Tour de France real, última edición disputada entre la isla de Noirmontier y los Campos Elíseos  

 

La edición 105 del Tour disputada entre el 7 y el 29 de julio pasado estuvo compuesta por un trazado total de 3351 kilómetros distribuidos en 21 etapas. Geraint Thomas, quien fue el campeón de esta edición, tardó alrededor de 82 horas para completar como primero del grupo los más de 3 mil kilómetros de recorrido a una velocidad promedio de 40.8 kilómetros por hora.

 

El Tour de los ingleses

El inglés, el más reciente campeón del Tour. PHOTO / Marco BERTORELLO

 

Pero el tiempo de Thomas no está muy alejado de los registros de los mejores capos del pelotón, ya que, por lo general, un ciclista con un peso promedio de 70 kg logra recorrer más de 3 mil kilómetros de carrera en un tiempo promedio similar al que logró el británico.

 

Caso 2: edición especial del Tour de France disputado en la luna

 

Ahora bien, ¿qué hubiese pasado si esta edición se hubiese disputado en la luna?

Según los datos, el mismo Thomas hubiese tenido que realizar un trabajo seis veces menor al que hizo en la tierra.

¿Por qué? La razón es muy sencilla y corresponde a un asunto relacionado con la ley de la gravedad. En nuestro planeta la fuerza gravitacional es aproximadamente seis veces más grande que la fuerza gravitacional de la luna y este aspecto beneficiaría notablemente la velocidad de un ciclista que corre en su bicicleta por la superficie del satélite.

 

Los ciclistas pueden pedalear en la luna con ciertas condiciones

La baja gravedad en la luna puede favorecer la velocidad del ciclista. Imagen: healthierjupiter

 

¡Pero ojo! Un jinete sólo podría alcanzar mayor velocidad si imaginamos que no se va elevar por la baja gravedad que hay en la luna. Si despreciamos esta condición podríamos establecer que el ciclista ganador del Tour andaría muchísimo más rápido y realizaría menor trabajo para completar los 3351 kilómetros que componen la carrera.

En definitiva, un capo que compite en la luna terminaría el Tour en tan sólo 13,6 horas y no en 82 como se requiere -por lo general- en las carreteras de Francia.

 

Caso 3: edición especial del Tour de France disputado en la luna sin despreciar condiciones reales

 

Sin embargo, esta simulación no es tan sencilla como decir que vamos a despreciar la baja gravedad y ya, no. La realidad es que un ciclista con un peso promedio de 70 kg y una bici de menos de 10 kilos tendería a elevarse en algunos tramos de la superficie lunar, lo que podría reducir su velocidad y afectar su trayecto.

¿Por qué?, porque si sometemos a los ciclistas a las condiciones reales de la luna tendríamos que decir que en medio de una carrera cualquier fricción o sobresalto terminaría magnificándose, tal cual como se puede apreciar en los famosos videos de los astronautas que pareciera que dan un salto sin mayor esfuerzo y sin embargo terminan elevándose más de lo que pueden ascender en condiciones normales de la tierra.

 

Viaje al espacio para montar bicicleta

La baja gravedad magnifica los saltos y movimientos de los humanos en la luna. Imagen: VIX

 

Para evitar este tipo de problemas es necesario compensar el peso total y aumentar los kilos de la bicicleta y la indumentaria. Si tenemos en cuenta que la fuerza gravitacional de la luna es seis veces menor, una opción viable sería la de aplicar seis veces más peso al ciclista y así buscar la manera de equiparar las condiciones de la luna con las condiciones de nuestro planeta.

Si partimos del hecho de que un ciclista pesa aproximadamente 70 kg, su bici pesa 7 kilos y su ropa 3 kilos más, tendríamos que multiplicar por 6 el peso total (480 kg de peso total en la luna) para garantizar así mayor estabilidad en la superficie (tendería a mantenerse fijo sobre el piso).

Sin embargo, al imprimir más peso el deportista reduciría la velocidad promedio porque tendría que realizar más trabajo (más peso=más trabajo=más esfuerzo en las piernas). Cuando las condiciones de peso aumentan en función de la gravedad de la luna, el ciclista ya no sería capaz de terminar el Tour en 13,6 horas, sino que se acercaría -relativamente- al mismo registro de 80 horas que emplea en el Tour real.

 

Ciclismo en la luna y competencias como el Tour de France

Las cargas se equiparan y la velocidad promedio tiende a disminuir. Imagen: Pixabay

 

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Otra de las estrategias que podría utilizar el deportista para garantizar su estabilidad en la superficie es aprovechando el peso de su cuerpo para generar más fuerza hacia abajo y compensar una mínima parte de la poca fuerza de gravedad. ¿Cómo? Con técnicas de postura, ubicación y movimientos de control y fuerza cuando se presente un bache o un camino inestable.

En definitiva, sí es posible hacer una gran carrera en la luna. Quizá en algunos años el ciclismo mundial vea factible llevar a los capos a competir en otro planeta y ser el primer deporte en coronar a un ciclista por fuera de los confines de la tierra.

Una vez expuesto este panorama, ¿creen que podría ser una buena opción para el ciclismo de ruta profesional o aplicaría mejor para competencias de ciclomontañismo?

 

Contexto

 

Son muchos los rumores que aseguran que el hombre nunca llegó a la luna y que las imágenes del aterrizaje de la famosa Misión Apolo 11 no son más que un montaje fílmico grabado y dirigido por el famoso director de cine Stanley Kubrick en el desierto de Nevada.

Pero más allá de los mitos que desmienten el histórico alunizaje, la comunidad científica asegura que en efecto un astronauta de apellido Armstrong pisó por primera vez la luna el 21 de julio de 1969.

 

Llegada de los estadounidenses a la luna

Llegada del hombre a la luna. Imagen: BBC

 

La Misión Apolo 11 fue la primera de las seis expediciones lunares que se han realizado en el mundo entre 1969 y 1972, y Armstrong fue el primero de los 18 astronautas que tuvo el honorable privilegio de haber pisado la superficie lunar.

Pese a que en la década del 70 pararon los vuelos de exploración, los estudios para determinar el grado de compatibilidad de la vida humana en otros planetas siguieron su curso y no resultaría extraño que cientos de años más adelante los mejores ciclistas del World Tour alisten sus bicis para tomar un cohete, salir de la tierra y disputar una edición especial de un Tour de France, un Giro o una Vuelta a España en la luna.

(No olviden que se requiere de un casco especial para proveer oxigeno, de lo contrario el ciclista moriría).

 

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