
La historia del diablo que se aparece en las montañas del Tour de France desde 1993
Dieter Senft, más conocido en el pelotón mundial como ‘Didi’, es un aficionado alemán de 68 años que apareció en 1993 vestido de diablo para animar y apoyar a los ciclistas que participan en el Tour de France.
La ‘Grande Boucle’ siempre ha mantenido una línea de dureza en sus recorridos y es quizás por esta razón que muchos especialistas coinciden en que es la carrera de ciclismo más importante y difícil del planeta. Algunos de los puertos de montaña más duros de este deporte están ubicados en la geografía francesa. El Tourmalet, el Galibier, el mítico ‘monte pelado’ de Mont Ventoux, las curvas de herradura de Alpe d’Huez, la hermosa ‘serpentina’ de Los Alpes conocida como La Madeleine y el Izoard son algunos de los símbolos montañosos más famosos de la ronda gala.
El mítico aficionado que se disfraza de satanás en el Tour

Este ‘gomoso’ del ciclismo también ha hecho presencia en otras carreras del lote internacional como el Giro y algunos mundiales. Imagen: Usetoday
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Esas ascensiones situadas en Los Alpes y Los Pirineos han sido el escenario de subidas antológicas y dramáticas. Aquellos que han sabido superar las rampas de estos duros escollos de la geografía europea se han convertido en leyendas y otros, a los que el coraje no les alcanzó para trepar las lomas, han caído al olvido.
Es tal la dureza de esas ‘paredes’ de concreto que antes de llegar al cielo (la meta) los ciclistas deben atravesar el ‘infierno’ y purgar sus pecados para alcanzar la gloria en lo más alto de los santuarios. En algunas de esas subidas ‘rompe piernas’ siempre se aparece Didi Senft, el diablo del Tour de France que apareció por primera vez en la edición de 1993 para apoyar y alentar a los pedalistas en su paso por el ‘purgatorio’.
«Estoy aquí para animar a los ciclistas. Me acerco a ellos como si fuera un asistente y les indico el camino», dijo el personaje al ser entrevistado hace varios años.
El Rey de la Montaña sosteniendo el tridente del diablo
No es un demonio malo ni mucho menos. Es un aficionado alemán que aparece de repente en las carreteras con su habitual atuendo de satanás y que tiene la vieja costumbre de apoyar a los escaladores en su camino a la cima, darles aliento en las subidas difíciles y convertir cada etapa en un verdadero espectáculo. Los capos de las escuadras World Tour acostumbran a saludarlo, los espectadores se sacan fotos con él y hasta las cámaras de la televisión internacional aprovechan su aparición para captar la imagen del único diablo que hasta ahora se ha visto en la tierra.
Senft nació en Riechenwalde (Alemania) en 1952 y ha sido el encargado de interpretar la popular figura del inframundo de manera ininterrumpida durante más de 20 años. La idea de convertirse en demonio surgió desde muy joven cuando veía las transmisiones de la ronda gala por televisión y escuchaba a los periodistas decir que los ciclistas se aproximaban a las ‘llamas’ o al famoso ‘segmento del diablo’, haciendo alusión a que iban a entrar a la parte más dura y difícil de la etapa.
Desde ese momento pensó en que al Tour le hacía falta un diablo de verdad y fue por eso que en 1993, con 41 años de edad, debutó en la carrera francesa con su uniforme rojinegro, su barba larga, una cola y su famoso tridente con el que acostumbra a ‘picar’ de manera genuina a algunos ciclistas en medio de las competencias oficiales.
El personaje aparece de repente para conducir a los ciclistas al ‘cielo’

Pero este ser de cachos grandes y capa larga no solo tiene el talento para ‘prender’ la fiesta en las cunetas de los emblemáticos puertos franceses. También es reconocido por ser un diseñador de bicicletas ganador de varios récords mundiales, entre ellos el haber construido una «guitarra bicicleta» de aluminio de casi 15 metros de largo y la bici más grande del mundo con casi ocho metros de largo y cuatro de alto. Imagen: BBC
El demonio ‘Didi’ asistió durante más de 20 años al Tour y en todo ese tiempo tan solo faltó a la edición de 2012 debido a una operación que tuvo por unos coágulos en el cerebro y que le impidió acompañar el certamen en vivo y en directo.
Después de más de dos décadas animando a los jinetes en la carrera de ciclismo más emblemática del planeta, los medios internacionales anunciaron en 2014 que la era del diablo ‘Didi’ había llegado a su fin. Con 62 años colgó su tridente, abandonó los bordes de las carreteras francesas y le dijo adiós de manera anticipada a la competencia ciclística que lo hizo famoso.
Esa figura icónica que alegraba las subidas de los corredores no volvió a aparecer de manera consecutiva en el pelotón. Los rumores indicarían que el diablo más famoso del ciclismo tomó la decisión de no volver a ‘encender’ la fiesta en las etapas de alta montaña debido no solo a los problemas de salud que lo aquejaron en los últimos años, sino también a la falta de financiación, ya que su presencia en las carreras requería de gastos de traslado, hospedaje y alimentación.
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Aunque la muerte intentó reclamar a su diablo, Senft logró resurgir de las ‘tinieblas’ y recuperarse de la enfermedad que lo amenazó con apartarlo del Tour de France para siempre. El mítico personaje alemán consiguió algunos patrocinadores para financiar sus viajes y volvió a su hábitat: ‘el infierno del Tour’.
Didi volvió cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad

En las primeras etapas del Tour 2020 ya se le ha visto activo en las carreteras corriendo detrás de los ciclistas, animando a la gente y protagonizando el espectáculo. !Eso sí!, cumpliendo con el uso del tapabocas como lo exigen las autoridades. Imagen: Marco Bertorello / AFP
Precisamente en esta edición de la ronda gala reapareció con su traje, sus cachos y su tridente para animar a los pedalistas en sus etapas. Todavía hay diablo para rato. A sus 68 años este aficionado alemán ha insistido en que, cada vez que su salud se lo permita y su billetera le alcance, estará asistiendo a las grandes vueltas del ciclismo mundial.
La imagen de cabezote es cortesía de @Cyclingimages
Se sabe que el diablo del tour esta cerca no por el olor a azufre sino por las huellas que va dejando sobre el asfalto. Metros antes de una ascension va pintando en el suelo su tridente para indicar a los ciclistas que la puerta de los cielos ya se abre para ellos, haciendo referencia a los ultimos kilometros de cada etapa. Didi salta, sonrie, levanta su tridente y arma la fiesta en cada jornada del tour, se siente orgulloso de su personaje y cuenta sus historias a todo aquel que le pregunte. En alguna ocasion casi es multado por estar dibujando sus figuras en la carretera, estuvo perdido en Japon por mas de un dia, y hasta llego a tomar la decision de no volver al tour por la falta de financiacion, algo que solucionaron algunas empresas brindandole el apoyo para su estadia y desplazamientos, pues la carrera no podia quedarse sin su figura mas emblematica.