
Los 6 errores más comunes que cometen los ciclistas cuando usan el casco
Evita la mala costumbre de llevar el casco desajustado, en la mano o colgando del manillar. Te damos algunos consejos de buen uso para que viajes protegido durante tus aventuras en bicicleta.
El elemento más importante de la equipación de cualquier ciclista es el casco. Este accesorio no solo te ayuda a reducir la fuerza de un golpe en la cabeza, sino que puede incluso salvarte la vida, evitar fracturas en el cráneo o conmociones cerebrales.

Viaja siempre protegido.
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Por más que se insista en que es un accesorio vital hay muchos ciclistas que no le dan la importancia que se merece y deciden salir a pedalear sin casco. Otros tienen la mala costumbre de no llevarlo abrochado al mentón, lo transportan en la mano o lo amarran al manillar.
Te contamos cuáles son los cinco errores más comunes que cometen los pedalistas a la hora de usar un casco de ciclismo. Toma nota y evítalos para que tu vida no corra peligro.
Portar la talla incorrecta
Cada casco de ciclismo tiene una talla especifica que se acomoda a la circunferencia de la cabeza. Pese a esto, hay muchos ciclistas aficionados que usan una talla más grande o más pequeña de lo normal. Esto es un error porque un casco muy pequeño puede generar mucha presión al cráneo, mientras que uno muy grande no queda bien fijado a la cabeza. Si notas que cuando montas en bici el casco baila de un lado a otro debes revisar la talla porque seguramente no es la tuya. Ten mucho cuidado con este aspecto porque lo ideal es que cubra toda la cabeza, que no baile, que quede apretado sin que te moleste y que al momento de ponértelo quede completamente horizontal. Cuando el casco baila en tu cabeza es muy probable que al momento de un accidente salga volando y no cumpla con su objetivo principal que es protegerte.
No usar las correas ni las sujeciones
De nada vale llevar el casco puesto si no tenemos las correas ajustadas y las sujeciones bien apretadas. Nunca lleves las correas flojas. Lo ideal es que vayan unidas por debajo del mentón y que el dial trasero, conocido como ajuste de sujeción occipital, también esté bien apretado. Recuerda que las cintas para sujetar al mentón y la sujeción occipital para el ajuste del cráneo deben ir bien apretadas, pero sin que te molesten mucho o ejerzan una presión exagerada a tal punto de que te impidan respirar. Tú mismo puedes regularlas de acuerdo a tus sensaciones.
Llevarlo en otro lugar menos en la cabeza
Los cascos no son solo un adorno. Cumplen una función de seguridad muy importante y por eso siempre deben ir encima de la cabeza. Hay ciclistas que lo llevan en la mano, amarrado al cuadro o al manillar. Es un grave error porque tú no sabes en qué momento puede ocurrir un accidente.
No solo es para usar en bajadas
Hay ciclistas que se aprietan el casco para afrontar un descenso, pero luego, cuando llega la subida, se lo desabrochan y se lo quitan argumentando que en los terrenos cuesta arriba el casco acumula mucho calor y no es tan vital porque no se pedalea a mucha velocidad. Pero esto es un error porque en un terreno en subida hay coches que bajas a mucha velocidad y que en una curva pueden no verte y terminar chocando contigo. La recomendación es siempre usarlo independiente del tipo de terreno por el que estemos pedaleando. Además, hay modelos livianos y muy cómodos que cuentan con aberturas para disipar el calor y mantener la cabeza siempre fresca y ventilada.
No cambiarlo al tener un golpe
Los expertos en temas de seguridad recomiendan a los ciclistas sustituir el casco por uno nuevo cuando tengas un accidente o recibas un fuerte golpe. No hay necesidad que el casco se dañe o tenga afectaciones visibles para que te des cuenta que necesitas un cambio. Cuando hay un impacto el casco actúa reduciendo la intensidad y fuerza del golpe y es allí cuando pierde todas sus propiedades de protección. Si sigues utilizando un casco que a simple vista parece bueno pero que ya recibió un golpe, es muy probable que en un próximo accidente ya no funcione o no te proteja lo suficiente. Además de esto, los expertos también recomiendan sustituirlo por lo menos cada 3 o 5 años, ya que su vida útil también se agota. No olvides elegir un prototipo que cumpla con la normativa legal de homologación. Esto lo puedes comprobar fijándote en las etiquetas que están pegadas al interior del casco.
Usar el casco incorrecto
La elección del casco también depende de la modalidad de ciclismo que practiques. Si lo tuyo son los descensos arriesgados por las montañas entonces necesitas de un casco integral que proteja toda tu cabeza completa y gran parte de tu rostro. Si por el contrario lo tuyo es la ruta o el ciclismo urbano entonces necesitarás de un modelo tradicional que cubra gran parte de tu cabeza.