
Los efectos de la bicicleta en nuestro cuerpo
Por la profesora Elisa Lapenta. (*)
Es esperable que en una web especializada en ciclismo escribamos maravillas de este bello deporte y divulguemos frases como “nada se compara con sentir el sol en la piel y el viento en la cara mientras pedaleamos” o “si el ciclismo fuera fácil, se llamaría fútbol.” Lejos de hacer una mera defensa a ultranza del deporte de mis amores, en este artículo profundizaré sobre los beneficios reales que implica rodar, pedalear o entrenar ciclismo de mediano y alto rendimiento en todas sus variantes.
Correr, nadar y pedalear son consideradas las tres actividades de mayor implicancia para enfrentar el sedentarismo y la obesidad, dos flagelos de nuestro tiempo asociados a un sinnúmero de patologías que deberíamos tomar en serio los profesionales del ejercicio físico (la obesidad es considerada una epidemia que en menos de 10 años afectará a más del 50% de la población mundial.)
La primera virtud del ciclismo es que es un deporte sin ruido y sin humo, por lo tanto no molesta ni contamina. Es ecológico, económico y produce beneficios para la salud. Por ejemplo, alguien que vive a 10 kilómetros de su trabajo o de la universidad y se desplaza en bici recorre 20 kilómetros por día (una hora) o 100 kilómetros por semana (300 minutos semanales). Ese ejercicio físico redundará en un mejor estado de salud general y contrarrestará enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión, diabetes, obesidad o síndrome plurimetabólico.
Está clínicamente comprobado que el ciclismo es una de las actividades más completas y universales para prevenir dolores de espalda, proteger articulaciones y mejorar el sistema circulatorio e inmunológico.
“Andar en bicicleta fortalece el cuerpo y el alma”, ha concluido un estudio publicado por el Centro de Salud de la Universidad Alemana del Deporte (DSHS) de la ciudad de Colonia. La Universidad Alemana del Deporte es una de las más reconocidas a nivel mundial por sus investigaciones de medicina deportiva y estudios fisiológicos del deporte. En ese trabajo se constataron beneficios de la práctica regular y sistemática del ciclismo, que se desarrollan a continuación.
Mejoras en el sistema circulatorio
Una actividad equilibrada como es ir en bicicleta reduce el riesgo de infarto en más de un 50%. Según explica el profesor Froböse, de la mencionada universidad, cuando el ritmo cardíaco aumenta y la presión baja, el corazón trabaja de manera más económica. Al practicar este deporte se reduce además el colesterol malo, responsable de la calcificación de los vasos sanguíneos, y en contrapartida, se incrementa el colesterol bueno, que protege los vasos sanguíneos. También disminuyen los triglicéridos y se mantienen más estables los niveles de glucosa en sangre. En consecuencia los vasos sanguíneos aumentan su flexibilidad, la sedimentación de la placa aparece con menos frecuencia y disminuye el riesgo de una calcificación de las arterias. También aumenta la capacidad pulmonar y disminuye el pulso basal, por lo cual el organismo, tanto en reposo como en actividad, trabaja con mayor economía.
Prevención del dolor de espalda
Hacia fines de mayo pasado sufrí una gran contractura muscular en la espalda que me dejó inmovilizada durante casi diez días. Mediante sesiones de fisioterapia y medicación miorrelajante recuperé movilidad poco a poco. Pero para quienes practicamos deporte como estilo de vida, que un médico nos diga “reposo absoluto” es casi una sentencia de muerte. Haciendo uso de mi conocida tozudez, pensé: “Ni loca me quedo quieta”. Claro que mi cómplice fue la bici. Comencé a salir a rodar bien ágil primero durante una hora, una hora y media, después por dos horas. En menos de dos semanas ya estaba pedaleando regularmente cuatro veces por semana entre dos y tres horas, y esto contra todos los pronósticos médicos, que me auguraban un mes de reposo absoluto.
Sucede que la espalda también se beneficia al ir en bicicleta. Cuando el ciclista adopta la postura óptima en el asiento, con el torso ligeramente inclinado hacia delante, la musculatura de la espalda está bajo tensión y estabiliza el tronco. Los movimientos regulares de piernas fortalecen especialmente la zona lumbar y previenen la aparición de una hernia discal. Volviendo a los datos del estudio del profesor Froböse: “La musculatura de la espalda se fortalece gracias a este deporte y mantiene la columna vertebral protegida de vibraciones y golpes.»
Por último, ir en bicicleta también estimula los pequeños músculos de las vértebras dorsales, que a través de otros ejercicios de gimnasia tradicional sólo consiguen ser trabajados y tensados con mucho esfuerzo. Estos beneficios hacen del ciclismo una actividad ideal para personas que sufren dolor de espalda. Y doy fe de ello.
Protección de las articulaciones
Andar en bicicleta es muy ventajoso para las articulaciones de las rodillas, ya que entre el 70 y el 80% del peso del cuerpo es amortiguado por el asiento. Por ese motivo, se trata de una buena alternativa no tan agresiva para las articulaciones, como sí lo es trotar o correr, ya que las articulaciones y los cartílagos no soportan sobrecarga. Los movimientos cíclicos que se realizan al pedalear representan una carga mínima para las articulaciones y garantizan una situación óptima de sustento para los cartílagos. Si las articulaciones soportan poca presión, la energía y las sustancias nutritivas pueden ser difundidas con mayor facilidad por los cartílagos. Quienes protegen sus articulaciones montando en bicicleta regularmente, previenen con ello el riesgo de enfermar de artrosis y también se aseguran de que andar y correr no suponga un problema con el paso del tiempo.
Siempre les digo particularmente a mis alumnas que ningún deporte te “moldea” las piernas como el ciclismo. En este deporte se ejercitan todos los músculos de las piernas, principalmente cuádriceps, isquios y pantorrillas. Y lo que es mejor: otro motor principal de la biomecánica de pedaleo es el glúteo medio. Por ende, es un deporte más que aconsejable para las mujeres que queremos cuidar y tonificar nuestro tren inferior.
Por otro lado, y en un grado de importancia más que significativo, el ciclismo es utilizado como primer deporte o actividad de rehabilitación después de una operación de rodilla o tobillo. Al no tener impacto y ser un gesto biomecánico amigable para ambas articulaciones, nos permite recomenzar con el ejercicio y la tonificación progresiva de la masa muscular perdida en el postoperatorio inmediato.
Influencias para el sistema inmunológico
Practicar ciclismo de forma regular repercute de manera positiva en el sistema inmunológico. Por un lado, es bien sabido que, como cualquier deporte, genera endorfinas, sustancias que mejoran el estado de ánimo y hacen que se produzca una situación de bienestar. Pero andar en bici tiene el plus de permitirnos recorrer paisajes soñados (en Córdoba somos privilegiados geográficamente, ya que a tan sólo media hora de la Capital nos sumergimos en las sierras, rodeados de árboles, montañas y con sonidos de naturaleza a pleno), por eso se recomienda también como una terapia benéfica para personas que padecen estrés o enfermedades psíquicas como ansiedad o fobias. Y además, nos ayuda a fortalecer el cuerpo contra enfermedades infecciosas.
¿Y el mountain bike?
Si bien el ciclismo de montaña requiere cierta resistencia física, su práctica en un grado moderado de intensidad es apta para casi todos los públicos, edades y sexos. Entre los beneficios que reporta una de las especialidades más practicadas del ciclismo en la actualidad, caben destacar:
– Tonifica los músculos y quema calorías, ayudando a moldear la figura y a controlar el peso.
– Mejora las habilidades de coordinación y equilibrio.
– Aumenta la capacidad pulmonar.
– Fomenta el respeto por la naturaleza y ofrece la posibilidad de contemplar paisajes únicos mientras se hace ejercicio.
– Los obstáculos físicos se convierten en retos que aumentan la capacidad resolutiva y de superación también en el ámbito profesional y personal.
– Se puede practicar en grupo, incitando el trabajo en equipo para compartir con personas de similares intereses.
– Mejora el sistema inmunológico.
– Ayuda a segregar endorfinas, que actúan a nivel cerebral provocando bienestar.
“Me hierven los pies”
Aprendí a andar en bici a los cuatro años (hace ya 44). A los 16 le robé la bici de ruta a mi hermano y a escondidas de mis padres, que se habían ido al supermercado, hice mi primera salida ciclística desde Saldán hasta Villa Allende, ida y vuelta. Fueron apenas unos 7 u 8 kilómetros ida y vuelta. Pero la sensación de libertad que me invadió entonces me sigue impregnando el alma hoy. Y como les digo a mis amigos: cuando me cambio para salir a rodar y me pongo los zapatos de ciclismo, me hierven los pies, se me acelera el corazón y salgo a la ruta a disfrutar de la vida. Después de todo, eso es “andar en bici”: disfrutar del sol en la piel, del viento en la cara mientras el mundo a nuestro alrededor se rinde a nuestros pies.
“La espalda también se beneficia al ir en bicicleta. Cuando el ciclista adopta la postura óptima en el asiento, con el torso ligeramente inclinado hacia delante, la musculatura está bajo tensión y estabiliza el tronco.”
“Otro motor principal de la biomecánica de pedaleo es el glúteo medio. Por ende el ciclismo es un deporte más que aconsejable para las mujeres que queremos cuidar y tonificar nuestro tren inferior.”
(*) Elisa Lapenta es entrenadora especialista en deportes cíclicos de media y larga duración
elisalapentah3o@hotmail.com
Facebook: https://www.facebook.com/H3osports/
Producción periodística: Sergio González Ramos
Hola te hago una consulta .tengo 65 años practico ciclismo hace 35 años hago 250km semanales y cundo salgo a la tarde a pedalear 50km a la noche me cuesta dormir por que?
Hola Oscar! El problema de insomnio no necesariamente tiene que estar relacionado con la bicicleta. Sin embargo, a veces el cansancio extremo puede llevar a dificultades para dormir. ¿Puede ser eso?
En parte, pero hay otro factor y es que el realizar actividad física de media y alta intensidad activa el cuerpo por ende se le dificulta conciliar el sueño, le recomendaría bajar un poco los kilómetros
Ahora con el coronavirus quiero salir a montar en el campo tengo 69 años y me hace falta me voy a enloquecer encerrado vivo en Colombia y aquí los paisajes y el aire puro son hermosos, mi familia me recrimina porque sal go, que me puedo infectar y yo creo lo contrario encerrado tengo mas probabilidad de enfermarne, que me pueden aconsejar.
Porque al dormir tu cerebro queda acelerado por el ejercicio, haz ejercicio 2 horas antes de dormir. Recuerda que la actividad física despierta y hace excita al cerebro, aunque tu cuerpo ya este descansando.
Así es!!! gracias!.