
RIGO, LA FUERZA DEL SILENCIO
Hace veintitrés días Rigo era apenas uno más de la lista de ciclistas colombianos que, encabezados por Nairo, disputarían la 104° edición del Tour de Francia. Es más, la prensa europea no lo consideraba siquiera líder de su equipo (Cannondale). Por nuestra parte en la previa lo apuntamos como tal, pero sin aventurarnos en otros conceptos ya que su pasado inmediato, al de 2017 nos referimos, nos referenciaba buenas actuaciones y poca competencia pero nada más que indicara claramente que podría llegar a luchar por la victoria. Sin embargo, Rigoberto Uran en lo profundo de su ser sabía cómo estaba. La primer buena señal nos la dio al cabo de la quinta etapa al punto de, no sin alguna sorpresa, nos referirnos a él con un ah…! apareció Rigo…lo tenían…?
Finalizando 2016 Rigoberto Uran recibió de su equipo la comunicación de que estaría presente en el Tour 2017. Y desde el silencio comenzó a gestar la que ha terminado siendo la actuación más importante de su vida, más aún que la plata olímpica de Londres (según el pensamiento de quien esto escribe). Conocido su futuro inmediato, Rigo comenzó a forjar esta espectacular actuación en el tour desde su propio interior. Refugiado en su tierra y sus montañas construyó la base del estado de forma que lo ha encumbrado a este podio nueve meses después. Fue toda una gestación este Tour de Rigo. Con treinta años y un pasado brillante en el ciclismo seguramente intuía que el futuro estaba ahí, a un paso. Sabe Dios cuántas cosas habrán pasado por su cabeza en los primeros meses de su preparación al asalto. El que se sabe capaz y elige el silencio tiene en su mente un tesoro, a partir de ese “casi anonimato” personal Rigo construyó esta histórica realidad. Ha llegado hasta aquí con la fuerza del silencio. En el Tour de Francia la voz alta ha sido su corazón, y sus piernas la garganta.
Froome sigue escribiendo la historia
A esta base personal de triunfo, Rigoberto Uran le ha sumado una fenomenal lectura de la carrera, y de su propia carrera (interprételo cada uno a su manera). Terminada la primera semana ya estaban decantadas las aspiraciones de casi todos, y él se aferró a lo suyo para enlazar con inteligencia la sucesión de etapas. Rigo nunca estuvo en apuros en este Tour. Sufrió como el que más, pero nunca un escalón debajo de nadie. Solo fue superado por, nada menos, el hombre que ganó hoy su cuarto Tour, y que objetivamente además fue superior a todos en un solo aspecto, la contrarreloj.
Chris Froome en la montaña se defendió y atacó, y siempre sacó un empate. A veces fue sobre la hora y en otras pudo ser triunfo, pero el balance entre el día que Fabio Aru derrotó a Froome y sus hombres y aquel en el que recobró el maillot amarillo arrojan ese saldo, empate. El keniata forjó su cuarto tour en la soledad de las contrarrelojes. Esos dos días en que el excepcional Sky no podía estar a su lado, se encargó de aplastar cualquier opción contraria a sus intereses.
Tres semanas de carrera ofrecen mucho para escribir, y se escribirá. Pero quien palpitó el tour desde Argentina con la vista puesta en Colombia desea hoy apuntar su opinión respecto al ciclismo del país cafetero. La afición colombiana, voluble como casi todas las del mundo, ¿sabrá valorar en el contexto internacional el estado del ciclismo de su propio país…? Nos preguntamos esto porque, insisto, hace veintitrés días Rigo era uno más. La vista estaba puesta en Nairo. Tres semanas más tarde la visión pareciera haber girado ciento ochenta grados. Nairo, ¿existe?, ¿Rigo, es un héroe?, y que de chaves y el resto de los colombianos? Créame querida afición colombiana que ninguna verdad es absoluta. Lo absoluto está muy encima de lo terrenal, y los hombres somos todos terrenales. Rigo sacó patente de héroe por mérito propio, no le pidió a nadie nada prestado.Ha refundado su trayectoria de ciclista sobre la base de lo único que (en la vida, no solo en el deporte) tiene mérito real: el esfuerzo personal. ¿Ha quedado Nairo “crucificado” deportivamente?, para no ser reiterativos les invitamos a leer nuestro post de hace unos días. El chavito no está para estas cosas?…hablemos dentro de un año. Y así podríamos seguir con Jarlinson, Betancur, Darwin Atapuma, Sergio Luis -tremendo trabajo en el Sky- y varios etc., etc.
Quiero decir que desde la distancia a veces nos parece intuir -por lo que oímos y leemos- que la afición colombiana no valora suficientemente el conjunto de hombres que hoy la hacen potencia mundial del ciclismo. El exitismo de los resultados inmediatos a veces hace perder la perspectiva. El árbol no deja ver el bosque. Nairo segundo en el Giro, Fernando Gaviria explotando ante el mundo de las dos ruedas, Rigo segundo en el Tour… ¡Y todavía falta La Vuelta! Disfruten amigos de Colombia, el presente ciclístico es el mejor del orbe, y el futuro es auspicioso.
.apareció Rigo…lo tenían…?..
Sergio González Ramos – @sergiojbiker