Roger Rivière, el ciclista que cayó por un abismo y quedó condenado a una silla de ruedas

Roger Rivière, el ciclista que cayó por un abismo y quedó condenado a una silla de ruedas

El exciclista francés Roger Rivière sufrió una terrible caída en la etapa número 14 del Tour de France de 1960.

 

El chico, que en ese entonces tenía 24 años y que se perfilaba como uno de los candidatos al título de la Grande Boucle, perdió el control de su bicicleta en un descenso y cayó por un abismo de 20 metros de altura.

La brutal caída que puso fin a la carrera profesional del joven Rivière sucedió el domingo 10 de julio de 1960 durante la etapa número 14 del Tour que se estaba disputando entre las comunas francesas de Millau y Aviñon. Esa fracción de 217 kilómetros incluía el paso por un puerto conocido con el nombre del Col de Perjuret. Este macizo francés de tercera categoría y que parecía inofensivo para los corredores, fue la montaña en donde Roger Rivière acabaría para siempre su carrera como ciclista élite.

 

Rivière tuvo un fugaz paso por el pelotón

 

El exciclista francés Roger Rivière sufrió una terrible caída en la etapa número 14 del Tour de France de 1960.

Imagen: Joan Seguidor

 

Recomendado: El día en que Indurain y Olano perdieron el Giro en el Mortirolo, el ‘infernal’ ascenso italiano

 

Tras coronar la subida al Perjuret, el líder del Tour hasta ese momento, el italiano Gastone Nencini, comenzó a bajar a toda velocidad para ampliar su ventaja en la general. Rivière, candidato al título y quien venía de ganar la ‘crono’ inicial de Bruselas y las etapas de Lorient y Pau, no quería cederle terreno al italiano porque sabía que si se mantenía a rueda podría arrebatarle el liderato en la contrarreloj final de Besanzón.

Pero la vida le tenía preparado otro destino al chaval de 24 años. En pleno descenso Nencini impuso un ritmo descomunal y Roger Rivière trataba de conectarlo para no perderlo de vista en la bajada del Perjuret. Pese al esfuerzo la etapa se tiñó de tragedia cuando el francés perdió el control de su bicicleta en una curva, chocó contra un muro protector y cayó por un barranco oscuro de 20 metros de altura.

Louis Rostollan, gregario de Rivière, se percató de que su amigo y compañero de equipo había desparecido de la carretera y por eso detuvo la marcha para echar un vistazo por el precipicio tratando de localizar el cuerpo de su líder. No se veía por ningún lado. Rostollan alertó a su escuadra y se activaron las alertas de emergencia para iniciar la búsqueda cuanto antes. Hasta Nencini, que iba unos pocos metros más adelante escuchó el alboroto y se devolvió para preguntar que había sucedido.

Fue necesario conformar una expedición de más de 10 personas para bajar 20 metros hasta lo más profundo del precipicio y buscar el cadáver del francés Rivière a quien daban por muerto. Tras varios minutos de búsqueda, el grupo rescatista logró localizar el cuerpo con vida del ciclista pese a que estaba inmóvil, con la columna destrozada y con múltiples fracturas.

 

Así fue sacado del abismo 

 

La brutal caída que puso fin a la carrera profesional del joven Rivière sucedió el domingo 10 de julio de 1960

La imagen de la tragedia.

 

La expedición lo sacó de entre la maleza y lo llevaron en camilla hasta un helicóptero que lo esperaba para trasladarlo hasta un hospital de Montpellier en donde fue atendido de manera prioritaria.

Tras la revisión por parte de los doctores, el parte médico fue poco alentador: Roger Rivière había sufrido fracturas en vertebras, parálisis en la vejiga y en las piernas y fractura de columna. El terrible diagnóstico suponía solo una cosa: Rivière no podría volver a montarse en una bicicleta y debía permanecer atado a una silla de ruedas por el resto de sus días. Esa terrible caída de 20 metros por un abismo del Col del Perjuret había arruinado su vida para siempre.

Desde entonces Rivière nunca más volvió a ser ciclista. Tuvo un retiro obligado a sus 24 años por el accidente y le tocó reinventarse. Montó un restaurante, un concesionario, una discoteca, una cafetería, un bar. Todos los negocios fracasaron y se fueron a la quiebra. Estuvo en la cárcel por fraude y hasta se volvió adicto a la morfina, droga que usaba para paliar los fuertes dolores que le provocaban las múltiples fracturas. La corta carrera de Rivière en el ciclismo terminó a sus 24 años y su vida acabó a sus 40 años cuando falleció por culpa de un cáncer de laringe.

Quien iba a ser la estrella del ciclismo francés nunca pudo llegar a convertirse en leyenda por cuestiones del destino. Años más tarde se conoció que Rivière llevaba guardado en su maillot una droga conocida con el nombre de Palfium, la cual usaba como analgésico y pudo haberle provocado un retardo en la sensibilidad de sus manos que no le permitió frenar de manera adecuada el día de la tragedia.

El Col de Perjuret pasó a la historia por ser la montaña que arruinó la carrera del jovencito de 24 años.

 

 

 

La imagen de cabezote es cortesía de Getty Images. 
Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *