
Una absurda caída dejó a tres corredores del Sky sin posibilidades de pelear por la clasificación general
Fuera de categoría. Así catalogan muchos a Blockhaus, monte con nombre de origen germano ubicado en la región de Los Abruzzos de la montañosa Italia. Un coloso del que Nairo había tomado cuenta hace ya varios meses, y en donde hoy antes de largar la etapa declaraba “trataré de sacar ventajas a los rivales antes de la contrarreloj del martes”.
Casi con ansiedad descontrolada todo el mundo del ciclismo esperaba este día, más aún después de la jornada con final en el Etna en la que solo un tibio ataque de Níbali -rápidamente contrarrestado- había dejado a todo el mundo con gusto a poco, justamente en la carrera de la que tanto se espera en la montaña.
Pero seamos justos. Si hasta hoy el Giro del Centenario nos había ofrecido solo veinte minutos de emoción por etapa en los finales de las llegadas al Sprint, esos minutos habían sido particularmente espectaculares por las continuadas exhibiciones que etapa tras etapa el Quick Step brindaba con su poderosísimo tren. Y no solo ganaba con un hombre llamado a dejar huella en el ciclismo, Fernando Gaviria, sino que además hacia su vida color de rosa con uno de los mejores contrarrelojistas del pelotón actual, el luxemburgués Bob Jungels comandando la clasificación general. Por si fuera poco, sin maillot que lo refrende, pero con la admiración que nace de las entrañas mismas de los hombres que están dentro de la carrera (y saben mucho de esto), el Quick Step hacía gala, además, de contar con el mejor lanzador del mundo, el argentino Maximiliano Richeze. Su genio dejó a Fernando Gaviria de cara a la victoria para que rematara con su tremenda clase tres etapas de las que gano dos, que pudieron ser más si el hombre de Colombia hubiera seguido la rueda del argentino en las dos etapas que Fernando eligió marcar a Greipel. Pecados de juventud que le dicen. Con este estado de forma, esta dupla esta llamada a quedar en el recuerdo.
El dia que Nairo comenzó a sentenciar El Giro
Domingo de gloria para Colombia. Llámele usted como quiera: exhibición, golpe de autoridad, demostración de clase…o todo eso junto. Así fue lo de Nairo. No debería extrañar pues estamos ante el mejor escalador del mundo actual. Pero hoy el de Tunja puso de pie a la Colombia ciclista. Fueron cuatro ataques. Níbali y Pinot respondiendo a los tres primeros demostrando estar a la altura, pero no pudieron con el cuarto. Fueron primero veinte metros, luego treinta…faltaban 4,5 kilómetros y la diminuta figura del escalador fue alejándose hasta hacerse invisible. Repetimos, llámele usted como quiera: exhibición, golpe de autoridad, demostración de clase…o todo eso junto.
Puede parecer prematuro, pero nos quedó la sensación de que hoy el Giro del Centenario tomó su rumbo definitivo para que en el último día, en el legendario autódromo de Monza, el escalador vestido de rosa gire triunfalmente. Y no solo por la superioridad que mostró Nairo ante Vicenzo Níbali y Thibaut Pinot, sino porque además un inexplicable error del conductor de una moto dejo fuera de combate a, nada menos que Adam Yates, Geraint Thomas, y Mikel Landa. Inexplicable y vergonzoso para una carrera que se precia de ser la más bella del mundo.
Esta caída, y sus consecuencias marcan el Giro, pero también puede afectar al Tour. Las razones…? En la semana se las comentaremos,
https://www.youtube.com/watch?v=ETXnlOvW7Tk
Les dejamos para el final el dulce recuerdo de la premiación de Nairo y Fernando Gaviria.
Sergio González Ramos
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